Relato: Espadas
El bruñido acero que honras,
con su guarda engalanada,
la hoja del sable que portas,
blandido en mil batallas.
En cada una de las gestas,
que asombraron a las masas,
y en las tristes despedidas
que te fueron otorgadas.
En todas y en cada una,
contaste con tus espadas.
Y ellas nunca fallaron
ni a ti ni a tus camaradas.
3 comentarios:
Corta pero contundente.
Me gusta.
Un abrazo
A mi también.
Gracias a los dos, se me ocurrio en un rato el otro día (y la espada es de verdad).
Por cierto, ch3p3, alberto es uno de los correctores a los que pasé tu novela.
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