domingo, 16 de enero de 2011

Mirando a las Estrellas

Por fin llegó el día en el que puedo decir en qué estoy metido y el asunto se resume en cuatro palabras: Gazing at the Stars. En castellano, Mirando a las Estrellas.


Mirando a las Estrellas es la segunda novela de A. F. Black, un escocés perdido en el mundillo de la televisión estadounidense que, al contrario que la mayor parte de quienes trabajan a su alrededor, da la impresión de que busque el anonimato. Tanto que ese ni siquiera ese es su nombre real.

Pero no voy a hablar aquí ni de la trama (sin duda absorvente) ni de lo que le costó a Raúl Gonzálvez, editor de Grupo AJEC, ponerse en contacto con él y su agente, lo que da prácticamente para una novela por sí solo, sino de lo que ha supuesto para mí la experiencia de convertirme en traductor.

Traducir no es fácil. No lo hace Google. Menos aún cuando la prosa no es sencilla y las referencias aún menos. A lo largo de estos meses he tenido que rehacer buena parte del trabajo de documentación que ya hizo el autor original para realizar la obra, que no es poco. Black juega con gran cantidad de referencias, tanto geográficas como culturales, que hacen que traducir cada una de sus líneas sea auténtico encaje de bolillos. Al final he conseguido (eso me han dicho) que no haya errores de bulto, pero tampoco creo que repita la experiencia (salvo que Feet on the Ground, la otra novela publicada de este autor, se ponga a tiro).

Pero, por supuesto, no lo he hecho solo. Desde casi el principio he tenido el apoyo de muchos amigos, sobre todo de Susana Eevee, tan importante que ha acabado quedándose la única copia de la edición original con la que conseguí hacerme casi por casualidad (un lote de libros comprados en Ebay, para más señas) y que fue la razón de que insistiera a Raúl y nos lanzáramos a esta aventura.

Y después de todo esto, hemos obtenido el que creo que será un gran resultado: una novela sobre vudú, inmigración y creencias de más de 350 páginas, en tapa dura y con portada de Pablo Uria. La fecha: a lo largo de este año. Cuando hasta el último detalle sea perfecto.

Edito antes incluso de colgar el post: Raúl me informa de que la historia de cómo consiguió los derechos se incluirá como nota del editor en la novela.

sábado, 15 de enero de 2011

2011

Más de un mes sin escribir una sola entrada es un poco demasiado, lo sé. Se han juntado muchas cosas: trabajo, navidades, una gripe que no termina de irse del todo... aunque no es disculpa para no pasar por aquí y decir, al menos, que estoy vivo.

Durante estos treintaintantos días de ausencia he estado haciendo muchas cosas. Revisando una vieja novela que creo que ahora sí que funciona. Terminando una nueva. Traduciendo la de otro autor. Escribiendo dos a pachas. Intentando coordinar la salida del tercer (Per)versiones (el mejor hasta la fecha, o al menos eso creo). Haciendo una portada...

Es en la traducción donde se me ha ido la mayor parte del tiempo. Nunca había hecho nada parecido y, salvo error u omisión (o que se presente algo que me apetezca mucho) creo que es algo que no volveré a hacer. Sí, estoy orgulloso del resultado y del original del que parte, pero, como con las antologías, he aprendido hasta que punto me gusta ese tipo de trabajo. Lo sé, soy un poco lento dándome cuenta de esas cosas, pero al final acabo aprendiendo. He tenido que recurrir a muchos diccionarios, a wordreference y a unos cuantos profesionales de verdad que no me han puesto demasiado a caldo por meterme en su trabajo. Pero al fin lo he acabado.

De qué se trata es algo que no me atrevo a contar hasta que no tenga el definitivo visto bueno de la editorial, pero sí voy a decir que es algo que puede ser uno de los boom este año y una apuesta fuerte. Sólo daré una pista: una de las personas que más me ayudaron con este proyecto dejó caer algo en una entrevista que le hicieron hace poco.

Y hasta aquí puedo leer.