martes, 25 de noviembre de 2008

Otros Relatos: Incomprendido

El gigante sólo quería que le quisieran.
Cuando caminaba por las calles, buscaba el abrazo de los desconocidos.
Pero todos le rehuían. Agitaban sus cabezas y corrían, alejándose de él, entre gritos sofocados y maldiciones. En ocasiones, les perseguía, tratando de darles alcance para demostrar que no era malo. Otras, se sentía demasiado abatido como para intentarlo y se sentaba, vencido por la desesperación.
A veces les alcanzaba.
Entonces, celebraba su pequeña victoria con más abrazos, haciéndoles girar en el aire. Ellos gritaban, aunque callaban pronto, al comprenderle y él sonreía complacido.
Con los brazos descoyuntados y los ojos fuera de las órbitas, los colgaba alrededor de su cuello, junto con el resto de sus amigos.
Siempre estarían unidos.
Y serían felices.

4 comentarios:

Susana Torres dijo...

Si ya lo dice el dicho: hay amores que matan.

François de Fronsac dijo...

¡Y tanto que matan!

Víctor Morata Cortado dijo...

Buen impacto visual en tan pocas palabras. Me gustó mucho por todo lo que insinua y dice de forma directa. Un abrazo.

dStrangis dijo...

Gracias a todos.
Por supuesto, éste era un relato rechazado por alguien.