viernes, 26 de octubre de 2007

Primer Avance de Urnas de Jade: Leyendas

PRÓLOGO

El Anciano suspiró mientras las imágenes se tornaban cada vez más pálidas y se difuminaban sobre el cristal blanco lechoso del cuarzo. Por un instante, su vista se volvió tan borrosa como el cristal, pero, tras un momento en el que pareció que el tiempo se había detenido definitivamente para él, se irguió.
Taith, el Anciano, era un hombre de aspecto frágil que cojeaba un poco y apenas salía de la torre que era su hogar. Solía vestir amplias túnicas de tonos apagados y un tanto anticuadas, que tal vez algunas décadas antes se hubieran considerado pasadas de moda. Su rostro estaba surcado por incontables arrugas que mostraban el paso de largos años de estudio, aunque en los últimos tiempos parecían haberse multiplicado, y una larga barba cana le cubría la parte superior del pecho. Era, en todos los aspectos, lo que se esperaba que fuera un mago.
Logró alcanzar el escritorio con esfuerzo y, tomando una pluma y tinta de L’un, empezó a escribir lo que había visto. Mientras garabateaba a toda prisa, el cuarzo se fue aclarando cada vez más hasta que recuperó su transparencia original. Durante un instante, uno de los más largos de toda su azarosa vida, contempló el intrincado calishita en el que había plasmado sus visiones. Exhaló otro prolongado suspiro y las arrugas de su frente se plegaron sobre sí mismas como si fueran las olas de un mar que hubiera abandonado de pronto su reposo.
—Nunca debí intentarlo —murmuró para sí mientras trataba de calmar su pulso, que oscilaba al ritmo de su agitada respiración. Varias gotas de tinta se derramaron sobre el pergamino sin que pudiera evitarlo.
Aunque su curiosidad apenas tenía límites, en aquella ocasión los había sobrepasado con creces. Ahora que sabía lo que el futuro le depararía no podía tratar de ignorarlo… pese a que evitar lo que ha de venir sea una empresa imposible. La pluma se deslizó sobre el pergamino, arrastrando la tinta y emborronando las arcanas runas. Los ojos del Anciano brillaron bajo sus espesas cejas con una luz extraña, antigua. —Un hombre no debería conocer su propia muerte.
Con un brusco movimiento arrugó el pergamino y lo lanzó al suelo. Antes de completar su trayectoria, ardió con violencia y desapareció, convertido en cenizas. Tomó otro pliego de la mesa y, mientras escribía en él, llamó a Kheraphons, su fiel aprendiz. Tal vez pudiera evitar el destino… tal vez.
—Tendrán que ser cinco. Sí, ése es el número apropiado —se dijo en un susurro, para luego repetir—. Un hombre no debería conocer su propia muerte.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Sé que tengo muy dejado este blog (de Fuera de las Urnas ya ni hablemos), pero estos últimos meses han resultado agotadores. Después de pasarme la mayor parte del verano en paro, el trabajo ha llamado a mi puerta y estoy que no paro. De momento, eso ha hecho que tenga que transladarme a Palencia (¡hola, gente de palencia! ¿Alguien sabe si hay alguna tienda de comics por aquí?) y que me haya pasado dos semanas sin ordenador ni tele.
Esta entrada no será demasiado larga, aunque espero colgar otra no tardando demasiado, y la escribo para dar una (relativamente) mala noticia: Urnas de Jade: Leyendas se retrasa. Sí, se suponía que la novela iba a estar lista para principios de éste mes, pero problemas con el papel y la impresión van a hacer que no pueda estar en la calle hasta principios-mediados de noviembre.
Dicho esto, añado una noticia "pseudobuena": la novela ya tiene ficha en la biblioteca de sedice. com (acceso directo pinchando aquí), aunque por el momento no hay ningún otro avance que no sea el de Fantasymundo.com (buscadlo vosotros, so vagos). Estoy planteándome colgarla aquí por parte, cosa que me parece tendría bastante sentido. Ya veré a lo largo de la semana.
Eso es todo por ahora.
Mañana, más y mejor.
O ahora mismo:
Me dice José Luis (ch3p3) que ha visto Urnas de jade: Leyendas en Interplanetaria.com y yo no me había percatado. Gracias por el aviso.
Un saludo a todos.

viernes, 12 de octubre de 2007

Y vuelvo de entre los muertos...

... o algo así.
Estos últimos días he estado completamente desaparecido. Entre el trabajo e instalarme en Palencia, no he tenido tiempo ni de escribir (de leer un poco, ahora estoy terminando Wicked). En casa todavía no tengo ni ordenador ni televisión y los pocos ratos que tengo los dedico a devorar páginas.
Urnas de Jade: Leyendas sufre un ligero retraso, pero es de esperar que en este mes pase a estar a la venta. A pesar de ello, a lo largo de estos días han pasado un par de cosas. La primera de ellas es que ya hay un adelanto de Urnas de Jade: Leyendas en fantasymundo.com, que no tardará en estar también en otras páginas dedicadas al género fantástico y la segunda que en ciberdark.net
ya figura el precio de la novela (17,95€, a través de su tienda 17,05€).

Ya sé que no cuento mucho, pero es lo que tengo.

sábado, 6 de octubre de 2007

Otros Relatos: Carros y Carretas

Baja cada mañana, llevando tras ella un carrito, de esos con ruedas pequeñas y una tela estampada a cuadros. El suyo es viejo, oxidado y con un roto en la parte de atrás. Hace un par de años lo cosió, pero los puntos acabaron por ceder y ya apenas le preocupa, sólo lo remienda cuando por él se le escapa la media barra de pan de cada día.
Como decía, baja cada mañana a la calle con su carro. Sus manos lo sujetan como si fuera lo único que poseyera; llenas de arrugas, agrietadas y deformadas por la artrosis. Lo empuja casi todo el tiempo y tira de él cuando tiene que superar un escalón o subir un bordillo. No le gusta que la ayuden. Ni que la miren. Es ya muy mayor. Ojalá no lo fuera, pero lo es y sabe que nadie puede evitarlo. Pero no le gusta que le recuerden que se encuentra en pleno declive. Después de haber pasado por todo en la vida no le gusta que le recuerden que lo único que le queda por hacer es seguir cayendo.
Baja cada mañana con su carrito y recorre la misma ruta: la pescadería, la frutería y el puesto del pan. Dos días a la semana se detiene también en la carnicería. No olvida lo que tiene que hacer y casi envidia a otros de su edad, a los que sólo recuerdan los momentos más felices de sus vidas. Ella se acuerda de todos, de los buenos y de los malos, que para su desgracia son más abundantes. Se acuerda de los dos hijos que perdió en la guerra y del que se perdió; del marido que la abandonó hace treinta años y del hambre que, como tantos, pasó después. Se acuerda de todo y de demasiado.
Y cada mañana baja a la calle, tirando de su carrito, atada a él como si fuera lo único que le queda en la vida. Seguramente lo sea. Con una pensión que apenas le llega para sobrevivir y un piso de renta antigua que es lo único que le salva la vida, sólo le falta pedir. Pero no lo hace. Bajita y encorvada, nadie diría que pueda haber aguantado tanto. Pero lo ha hecho. Y todavía conserva cierto orgullo.
Sus hombros cargan demasiado peso mientras tira del carrito.
Eso no es nada.
Ya ha cargado con carros y carretas.

martes, 2 de octubre de 2007

Relato: El Escriba y el Héroe

El Escriba y el Héroe es un relato situado en Drashur, antes de Urnas de Jade (bastantes siglos) que desde esta misma mañana se encuentra disponible en pdf en Tierras de Acero. Es bastante más largo que los que suelo colgar aquí, así que os dejo el enlace en la portada de ahí abajo, para que podáis entrar cuando os apetezca y descargarlo en cualquiera de las dos versiones (Rubén Sousa se las ha currado).