Otros Relatos: Biblios
Sin poder evitarlo, pasó la página. Un nuevo capítulo le aguardaba al otro lado. Éste será el último, se dijo, mientras devoraba las palabras. Pero no fue así y continuó adelante, párrafo tras párrafo y página tras página. A su derecha un pasado que engordaba y a su izquierda un futuro cada vez más delgado e insignificante.
Como la vida misma.
Una vida que se escapaba en bocanadas, dejando tras ella sólo recuerdos. Unos buenos y otros malos. Sin detenerse por un instante, mientras aquel «éste será el último» todavía resonaba en su cabeza.
Entonces, las palabras se agotaron y sólo quedaron pliegos en blanco. De vuelta a la estantería, el libro yació en ella como siempre lo había hecho. Abandonado hasta que otro lector lo tomara entre sus dedos y le diera vida.
Hasta entonces, la palabra «fin» pondría broche final a su efímera existencia.
Como la vida misma.
Una vida que se escapaba en bocanadas, dejando tras ella sólo recuerdos. Unos buenos y otros malos. Sin detenerse por un instante, mientras aquel «éste será el último» todavía resonaba en su cabeza.
Entonces, las palabras se agotaron y sólo quedaron pliegos en blanco. De vuelta a la estantería, el libro yació en ella como siempre lo había hecho. Abandonado hasta que otro lector lo tomara entre sus dedos y le diera vida.
Hasta entonces, la palabra «fin» pondría broche final a su efímera existencia.
1 comentario:
Muy poético, me ha gustado mucho.
Además, ¿ quién no ha sufrido el síndrome del último capítulo?
Yo siempre digo lo mismo, este será el último capítulo, pero me veo atrapado por la historia y sigo leyendo sin parar.
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