jueves, 19 de junio de 2008

Otros Relatos: Biblios

Sin poder evitarlo, pasó la página. Un nuevo capítulo le aguardaba al otro lado. Éste será el último, se dijo, mientras devoraba las palabras. Pero no fue así y continuó adelante, párrafo tras párrafo y página tras página. A su derecha un pasado que engordaba y a su izquierda un futuro cada vez más delgado e insignificante.

Como la vida misma.

Una vida que se escapaba en bocanadas, dejando tras ella sólo recuerdos. Unos buenos y otros malos. Sin detenerse por un instante, mientras aquel «éste será el último» todavía resonaba en su cabeza.

Entonces, las palabras se agotaron y sólo quedaron pliegos en blanco. De vuelta a la estantería, el libro yació en ella como siempre lo había hecho. Abandonado hasta que otro lector lo tomara entre sus dedos y le diera vida.

Hasta entonces, la palabra «fin» pondría broche final a su efímera existencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy poético, me ha gustado mucho.
Además, ¿ quién no ha sufrido el síndrome del último capítulo?
Yo siempre digo lo mismo, este será el último capítulo, pero me veo atrapado por la historia y sigo leyendo sin parar.