domingo, 19 de julio de 2009

Otros Relatos: Un día en la vida

Despierto.
Una sucesión de imágenes golpea mi mente. Los feeds de la noche, acumulados durante horas, golpean mi córtex. Datos que sortean mi sistema límbico y que, grises, quedan prendidos en mis circunvoluciones. Noticias sin sentimientos. Mejor así. ¿Quién los quiere?
Bebo café de máquina, sintético. No doy más de tres pasos hasta la consola del ordenador. El trabajo me llama. Respondo mensajes con un parpadeo y chequeo los sistemas durante mis obligatorias doce horas. La automatización funciona. Mientras lo hago, tomo bebidas azucaradas y pico algo.
La tarde en mi cubículo la dedico a la interweb. Me encuentro con un amigo de Singapur al que no veía desde hacía mucho. Nos reímos. Ahora tiene una novia virtual. Le felicito. Eso es tener auténtica vida social.
Cuando el temporizador suena, desconecto la entrada de datos cortical y me voy a dormir.
Sonrío.
Estoy en el uno por ciento de afortunados.

2 comentarios:

Susana Torres dijo...

Buen relato, David.

Por lo que cuentas, ya solo nos falta esa conexión cortical para estar verdaderamente enchufados.

A mí esta mañana el café ya me supo a sintético.

dStrangis dijo...

Gracias, Susana. Justo ahora acababa de escribirte y no había visto que habías escrito aquí.
Y sí, sólo nos falta la conexión directa.